Continúa la banca navegando bajo tormenta y con viento de costado, pagando las consecuencias de las malas decisiones de sus patrones y de un uso deficiente de las cartas de navegación. Tradicionalmente sobreprotegidas y autocomplacientes, algunas embarcaciones de la flota parecen flotar ahora a la deriva, peligrosamente escoradas y en espera de tiempos mejores. Tras el espectáculo bochornoso de las preferentes, la sentencia reciente del Juzgado Mercantil número 11 de Madrid, declarando la nulidad de las cláusulas suelo en el macroproceso impulsado por la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros, abre una nueva vía de agua en los navíos más imprudentes. La sentencia no ha hecho más que confirmar el aviso previo de otros juzgados mercantiles, audiencias provinciales y el propio Tribunal Supremo sobre la desacertada gestión de determinados productos financieros por parte de las entidades del sector. Incluso la Comisión Europea avisaba recientemente al sector del...