Mar de fondo
Mientras por estos
lares lanzamos alabanzas sobre el buen comportamiento del sector exterior, soplan
aires de preocupación en los mercados emergentes pues las perspectivas de
futuro son poco halagüeñas para el comercio internacional.
Todo el mundo
quiere sacar tajada en beneficio propio de los mercados exteriores pero el
impulso exportador requiere de dinamismo en los grandes mercados mundiales y
este requisito sigue sin satisfacerse. Recientemente, la preocupación por la
pérdida de impulso del comercio global ha llevado a algunas compañías navieras,
transportistas, logísticas, financieras y aseguradoras a ajustar a la baja sus
previsiones de ventas y beneficios. No es ésta una recuperación económica al
uso, pues la falta de expectativas lastra la evolución de la inversión. Todavía
nadie se fía de nadie.
Lejos de nuestra
morada, esta pérdida de confianza en el futuro próximo está agitando las aguas
de la política económica. Japón, China, Corea, India, Brasil e incluso Estados Unidos
han visto recientemente retroceder sus exportaciones, algo que compromete las
elevadas tasas de crecimiento económico en los países emergentes y dificulta la
lucha contra el desempleo de la Administración Obama.
Estos países,
además, son muy sensibles a la evolución del dólar. Y como la Reserva Federal
sigue inyectando liquidez, el dólar va perdiendo fuelle, lo que perjudica las exportaciones
de las economías asiáticas que ven como su potencia exterior va perdiendo vigor
y tampoco beneficia excesivamente a Estados Unidos, una economía muy orientada
hacia el mercado interior.
Por todo ello,
se ha reactivado la presión hacia los bancos centrales para que reduzcan los
tipos de interés, en una alocada competencia para conseguir la cotización más
baja posible de sus monedas y, con ello, ganar competitividad exterior. Dado
que el 95% de los intercambios exteriores son transacciones financieras, se
espera que las reducciones de interés desvíen el capital financiero hacia otros
destinos.
Por si acaso,
también se presiona a los gobiernos para que, más o menos sibilinamente, introduzcan
medidas proteccionistas, no sea que algunos pasen del superávit comercial al déficit
exterior en un tiempo récord. Volverá pues a protagonizar la economía
internacional momentos estelares durante
el año próximo, que pondrán a prueba las cualidades de nuestros gobernantes.
(Reproducción del comentario semanal en Gestiona Radio)
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