Gregarismo financiero

Cuando los principales directivos de las agencias de calificación rindieron cuentas ante el Congreso norteamericano, se escudaron en que nadie vio venir el estallido de la burbuja inmobiliaria para justificar por qué habían otorgado la máxima calificación a unos productos estructurados que poco tiempo después alcanzaron elevados niveles de insolvencia. Su afirmación era evidentemente falsa e interesada, pues muchas voces habían alertado de la sobrevaloración en los precios de la vivienda. Este enorme fracaso de predicción se debe a que las agencias tenían alicientes para continuar fomentando una actividad que les reportaba magros beneficios. Conocían los riesgos pero evidentemente los minimizaron pues pensaron en las ganancias potenciales que obtendrían si se alargaba la fiesta. Y como el mercado está controlado por unos pocos que condicionan el comportamiento del resto, los incentivos para frenar la carrera hacia el abismo fueron muy limitados. Toma el dinero y corre porque al ...