Commodities no tan cómodas
El de las materias primas es esencialmente un negocio cíclico. La evolución
de su demanda acostumbra a acompasarse al ritmo de la producción industrial en
las principales economías del mundo.
Por ello, los precios de las commodities
no energéticas habían experimentado un sensible descenso desde finales de 2010, a medida que la
desaceleración econòmica se extendía por todo el globo y la eurozona entraba en
recesión. Todo un respiro, pues en los dos años previos el índice de precios en
euros había crecido casi un 50% gracias a la apreciación del dólar y la
explosión del mercado asiático. Una buena muestra de que el eje económico se va
progresivamente desplazando es que China es el principal destino mundial de las
exportaciones de mineral de hierro, cobre y otros metales y uno de los mayores
de petróleo, gas o maíz.
El frenazo de la actividad económica en Asia había facilitado que los
precios volvieran a niveles de 2008. Llegamos a un exceso de suministro generado
por elevadas inversiones por parte de las grandes empresas mineras y la
proliferación masiva de productos nuevos, estimulados ambos por los elevados
precios existentes. Los efectos de la crisis financiera, sin embargo, han
mitigado ese riesgo perceptible de saturación.
Ahora, en el preámbulo de una incipiente recuperación, las alarmas vuelven
a encenderse pues los niveles de precios parece que han detenido su caída y si,
además, el valor del euro se deprecia, el encarecimiento de los inputs
industriales podría dificultar la reactivación de la eurozona.
En realidad, demasiadas vendas para tan poca herida, porque la reactivación
europea sigue siendo demasiado tímida y porque la demanda de los mercados
emergentes evoluciona a un ritmo más moderado. El índice de precios pues ha
dejado de caer y probablemente haya tocado fondo pero nada hace pensar que
vuelva el superciclo alcista del pasado.
Sin embargo, buena es la oportunidad para reflexionar, por consideraciones
de sostenibilidad medioambiental y de eficiencia económica en el modelo
productivo existente, tan profusamente dependiente de las energías fósiles. Y
como muestra un botón. Mientras que el coste de las materias primas
industriales es hoy un 33% inferior al de 2010, el precio del petróleo es un
30% superior. La crisis pasó de largo no sólo en algunas casas ilustres sino
también en muchas refinerías y emiratos.
(Reproducción del comentario de actualidad semanal en Gestiona Radio)
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