Estivalia
Olvídense de primas de riesgo, paraísos fiscales, déficits y otras cifras impertinentes y disfruten de quien les acompañe, pues dicen que cuando no se encuentra descanso en uno mismo, es inútil buscarlo en otra parte.
Cuídense, rían, viajen si pueden y pásenlo
tan bien como sea posible. Y cuando les apetezca, entre noticias de deportes,
cultura y sociedad, no huyan de las páginas de economía, pues tanto del mercado
de trabajo como desde la actividad económica nos llegarán indicios de que frenamos
la caída.
Aproxímense a las páginas de color salmón sin miedo y vean como la Encuesta de Población Activa recoge los buenos datos ya avanzados en afiliación desde el mes de mayo. Y la evolución del PIB que conoceremos nos alejará sustancialmente del 2,0% de caída actual, con un dato intertrimestral mucho más favorable que en el trimestre anterior. Además, los datos de ocupación hotelera y saldo exterior acicalarán todavía más la economía española para que presente un buen aspecto veraniego.
Y ciertamente, aunque las flores de verano duran lo que duran y el turismo no parecería ser la actividad estrella de la sociedad del conocimiento, hay que saber aprovechar el momento pues la carestía de trabajo debería hacernos estimar más aquello que nos ofrece oportunidades y sustento.
Bienvenido sea pues el empuje del sector exterior, tanto de mercados como visitantes. Todos sabemos que será en el trimestre otoñal cuando finalmente se confirme si existe o no cambio de tendencia en el comportamiento de la inversión empresarial y, con él, se alcance el ansiado punto de inflexión económica.
Cuando todas las golondrinas ya hayan pasado veremos, como dice un proverbio armenio, si hemos sabido aprovechar la estación para reparar nuestros trineos y prepararnos ante el invierno que nos aguarda tras la esquina. Mientras tanto, disfrutemos de un momento que ha tardado mucho en llegar.
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