¿Qué me pasa, doctor?

La Fundación Conocimiento y Desarrollo, vinculada al Grupo Santander, ha publicado un informe en el que revela la contribución de los investigadores doctores al desarrollo económico y social.

Los resultados obtenidos evidencian la trascendencia que tiene el empleo de doctores en el sector privado, ya que mejoran la dotación de capital humano en el tejido productivo y además son un factor de estímulo a la innovación.

Es decir, los países más innovadores, que patentan más y están más especializados en actividades intensivas en conocimiento lo consiguen porque producen y emplean muchos más doctores.

Pese a que la cualificación como doctor en España aumenta las oportunidades de empleo y la tasa de paro de este colectivo es muy inferior al resto, la tasa de graduación de nuevos doctores es mucho menor que en los países de nuestro entorno. Probablemente podamos atribuir parte de las culpas a deficiencias del sistema educativo pero cuando los niveles de satisfacción del colectivo social que más puede contribuir al bienestar colectivo son bajos porque sus condiciones laborales, carrera profesional y consideración social son insatisfactorias es que algo estamos haciendo muy mal. Es fundamental la interacción de la universidad con las empresas durante los estudios de doctorado si pretendemos fomentar emprendedores más ambiciosos y crear empleos con mayor valor añadido.

La presencia de doctores investigadores en el sistema productivo español es apenas la mitad de la tasa promedio de la OCDE, uno de los motivos que justifica porqué la inversión en I+D en España sigue sin levantar cabeza. Sólo el 15% de los doctores está empleado en el sector empresarial y apenas dos de cada cinco están implicados en actividades de investigación. Con el agravante además de que los fuertes ajustes presupuestarios han reducido la presencia de investigadores también en los principales institutos y centros de investigación públicos.

Y esto es particularmente grave. Esta misma semana se publicaba un estudio sobre dos de nuestros principales institutos de investigación biomédica que demostraba que por cada euro invertido se multiplicaba por dos en actividad económica generada, por cada lugar de trabajo creado se genera otro en el resto de la economía y por cada euro de recursos públicos invertidos se retornan 0,8 euros a la hacienda pública.

Cuando se habla de cambio de modelo económico no hacen falta pues muchas ideas peregrinas sino más visión y determinación política.

(Reproducción del comentario semanal de actualidad económica en Gestiona Radio)


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