Tablero financiero
Las finanzas piden paso en la actualidad
económica. En el tablero de juego se dirimen tres contiendas estratégicas. En
un extremo, el alcance de la reestructuración bancaria en España. En el otro,
los efectos de la recapitalización sobre el crédito. Y, en el centro, las disputas
para sacar el máximo rédito de la futura unión bancaria europea.
La inteligente decisión del FROB de suspender la
subasta de Catalunya Banc a causa de la insuficiente calidad de las ofertas
recibidas nos advierte del delicado momento del sector, en pleno proceso de
concentración pero con los líderes poco propensos a alegrías inversoras.
También pone de manifiesto la dificultad que tendrán las arcas públicas para
recuperar el capital comprometido en el rescate.
Mientras tanto, el BCE va moviendo piezas buscando
una posición de ventaja en el proceso de construcción de la unión bancaria. Activa
sus piezas menores para defender ante auditorios selectos la bondad de los
procesos de supervisión centralizados e independientes. Y advierte a los
gobiernos sobre los efectos nocivos de sus injerencias en el sistema
financiero, no sea que les dé por ahí cuando la integración financiera sea un
hecho. Pero hay juego para rato, pues poco amigo parece el supervisor alemán,
entre otros, de ceder sus competencias. Y el ejecutivo británico, en plena oposición
a todo y a todos, se desvive por defender los privilegios de la City. Draghi
tendrá que usar sus piezas mayores para llegar a un final favorable en la
partida.
El episodio más atractivo, sin embargo, ha sido la
presentación del informe del FMI sobre la reforma del sector financiero
español. Una lectura atenta del documento nos indica que el alumno progresa
adecuadamente pero necesita mejorar. Y mucho. No superará el curso hasta que active
el crédito para la inversión empresarial. El banco malo ha descargado de sus
espaldas el peso muerto de muchos activos tóxicos, pero la caída de las rentas
y el empleo no ayudan a ponerse en pie. Reconocer que el grueso de la toxicidad
emana de promotores y constructoras no hace más que poner sobre la mesa el
acierto en la creación de la SAREB pero también las dificultades que entraña su
cometido.
¿Y los datos económicos? Muy malos, una semana
más. Pero cerremos los oídos a quienes, en interés propio, insisten en
construir el futuro de la eurozona meridional mediante empleos precarios, bajos
salarios y actividades de recreo. Ante tanto listillo cabe una única respuesta:
productividad, productividad y productividad.
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