Detalles

Decía Groucho Marx que la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna… Y ciertamente en muchas ocasiones la mayor verdad parece subyacer en los pequeños detalles.

No es inmune la ciencia económica a dicha norma, pues el análisis económico no mejora con el tiempo pero sí lo hace con los detalles. Sabemos bien los economistas que el diablo vive adormecido entre los grandes números pero da rienda suelta a su libre espíritu cuando se profundiza en el análisis a pequeña escala.

El estudio detallado de la EPA a partir de las variables de submuestra nos proporciona información muy valiosa para comprender mejor lo que sucede. Tres cuartas partes de la pérdida de empleo acontecida durante la crisis se concentran en empresas de pequeña dimensión. Y el 40% de esta destrucción de empleo se ha producido en el último año. De hecho, prácticamente toda la caída de ocupación del 2012 es atribuible a lo que ocurre en las pequeñas empresas, precisamente el grueso de nuestro tejido productivo. Atajar la sangría del desempleo exige medidas que limiten los efectos de la ausencia de financiación, la insolvencia de las administraciones y una fiscalidad gravosa.

Los detalles nos muestran también que el desempleo de muy larga duración ha aumentado casi un 50% en el último año. Más de un millón de personas llevan expulsadas del mercado laboral un mínimo de tres años. El riesgo de descualificación de esta mano de obra es muy elevado, circunstancia que urge promover políticas activas de empleo si se quiere evitar un desempleo estructural que perviva muchos años más entre nosotros.

Finalmente, los detalles revelan que el grueso del ajuste reciente del empleo se ha concentrado en las personas con niveles de estudios correspondientes a secundaria o primaria. Nada sorprendente, pues la ocupación cayó un 27% entre los jóvenes con menos de 20 años. Mas el empleo del colectivo entre 20 y 24 años con estudios universitarios y enseñanzas profesionales de grado superior también disminuyó un 18% en el último año. Urge pues invertir para ofrecer empleos atractivos a nuestra juventud sin obligarles a cruzar el Rin. 

Cierto es que el yugo del euro y el uso de la vara por la troika no permiten escoger libremente nuestra senda, pero también lo es que en los momentos de crisis de recursos es cuando la imaginación es más importante.

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