Claroscuros veraniegos

Semana de confirmaciones y desencantos. Los recientes informes del Banco de España y los nuevos datos del mercado laboral revalidan el pronóstico de final de recesión durante el verano pero también constatan algunas alertas.

Aunque favorables, los datos de la EPA defraudan más que ilusionan. Pese al descenso del paro, se sigue destruyendo empleo en la agricultura y la construcción, pero también en la industria. Y casi la mitad del leve descenso del paro se debe a gente que abandona el mercado de trabajo. Casi todos ellos, por cierto, inmigrantes.

La mejora de los datos resulta del efecto beneficioso de la temporada turística de verano, una excelente campaña que ya floreció en el mes de mayo pero que ha ido perdiendo impulso en las últimas semanas. Un dato relevante: en septiembre hay 120.000 afiliados menos a la Seguridad Social que en el julio pasado. Significativamente, el 13% de los parados actuales estaban trabajando en el trimestre anterior. La rotación de contratos se acelera.

De hecho, en el verano se continuó destruyendo empleo indefinido. Al final de la recesión, la temporalidad revive sus días felices y ya se acerca al 25% de los asalariados. Y también siguió el ajuste laboral en el sector público, que en un año ha perdido 160.000 empleos.

El descenso en el paro no ha mejorado el desempleo de larga duración ni favorecido a los que se incorporan por primera vez al mercado laboral, de modo que inferir resultados positivos de la reforma laboral es prematuro y muy difícil resulta separar los efectos de la reforma de las consecuencias de la crisis económica. Lo que sí es seguro es que ya llevamos cinco trimestres consecutivos de descenso en el coste laboral. Los salarios descienden y, de hecho, ése era uno de los objetivos de la política económica: el descenso de rentas.

Pero este descenso da lugar a una profunda caída del ahorro también entre los que trabajan o los que reciben una pensión. Estamos alcanzando ya umbrales mínimos de consumo, lo que impide a la mayoría destinar ningún recurso al ahorro. De hecho, en el 11% de los hogares todos los miembros siguen en el paro. Y el 21% de la población en España vive todavía por debajo del umbral de pobreza.

Urge huir de discursos eufóricos pues, pese al otoño incipiente, las raíces del descontento social siguen floreciendo y dando sus frutos. Seamos optimistas pero no imprudentes.

Comentaris

Entrades populars d'aquest blog

Volcà islandès

Das Auto

Foc grec