Sin radar



Us transcric el comentari fet aquest matí a Gestiona Radio:

"El triste devenir de la EPA sigue poniendo en evidencia a ministros de economía de todo tipo y pelaje. Se detuvo ahora ante una ficha del seis que no tumbó porque millares de jóvenes han perdido la esperanza. Impensable ir más allá sin resquebrajar la sociedad que conocemos. Si la tendencia no se invierte, no será éste un país para muchos.

Ante la magnitud de la tragedia, oír que se ha tocado fondo evoca a los incautos que zarpan sin el equipo adecuado. Poco se sabe sobre la profundidad del suelo cuando se navega sin carta, radar ni compás. Escasos indicios existen para confiar en que el punto de inflexión esté próximo. Incluso el Banco de España certifica que la recesión campa por sus anchas.

Pero andamos todos ansiosos de buenas noticias. Es creencia común que los mercados anticipan los cambios de ciclo, pues el capital financiero aborrece riesgos y aspira a certidumbres imposibles, de modo que viaja siempre por los delicados vericuetos de las expectativas. Y como la confianza afecta también al consumo y la inversión, los temores y esperanzas se trasmiten por el sistema.

La calma tensa ha llegado a unos mercados hartos de lateralidades deprimentes. Hoy, el cambio en el sentimiento de mercado es frágil pero se percibe y se buscan indicios de mejora como a un tesoro perdido. No es la consecuencia de una austeridad fiscal de resultados mediocres sino del compromiso del BCE a intervenir en los mercados de deuda.

El factor Draghi es nuestro rescate a medida y sabio sería aprovecharlo para dar una certera estocada a la crisis. Se presiente que los cambios impositivos de septiembre y las mejores condiciones de financiación de la deuda pronto dejarán sentir sus efectos, de modo que la gestión económica debería ser ahora extremadamente inteligente.

Dadas las limitaciones para virar el rumbo con presteza e inducir un impulso inversor, convendría paliar las consecuencias del ajuste. El mejor servicio para la reactivación sería reformar la administración y mitigar la presión sobre el gasto social, renegociando los objetivos de déficit de las comunidades. Ni el empobrecimiento trae felicidad ni se incentiva la calidad de los servicios públicos con recortes indiscriminados de salarios, sino mediante una evaluación rigurosa de su eficacia. Eso sí, a todos los niveles."

Aquí teniu l'àudio: Sin_radar

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