El visitante
Dirección
común, cohesión y solidaridad son las bases del progreso, dijo el gobernador Draghi a nuestros
parlamentarios. Pues, francamente, floja anda la eurozona de consensos,
estímulos y equidades. El principal responsable de la estabilidad monetaria del
eurosistema no sorprendió a nadie, en una comparecencia para hablar de futuro
pero con un secretismo propio de tiempos pasados. Difícilmente podría hacerlo,
dado lo mucho que hay en juego, la fragilidad económica actual y las
incertidumbres existentes. Refrendó las políticas de ajuste, se lamentó de sus
costes sociales y habló de un futuro mejor para todos. Bajo su supervisión
financiera, naturalmente.
Se dice que nuestra economía ya ha corregido sus
desequilibrios. La contribución del sector exterior ha evitado que la caída de
actividad y empleo fuese mucho peor. Pero el equilibrio se recupera a costa de
un fuerte descenso de inversión y no como consecuencia de un mayor ahorro. Hoy
no sabemos si las mejoras del saldo comercial se mantendrán cuando se reactiven
las importaciones de bienes de consumo, de capital y de productos energéticos.
Se han conseguido ganancias de competitividad, pero no tanto mediante innovaciones y cambios tecnológicos como debido a un fuerte ajuste salarial y de empleo, que han favorecido un descenso del coste laboral unitario y una contención en los precios de exportación.
Se han conseguido ganancias de competitividad, pero no tanto mediante innovaciones y cambios tecnológicos como debido a un fuerte ajuste salarial y de empleo, que han favorecido un descenso del coste laboral unitario y una contención en los precios de exportación.
Preocupa ahora que los avances de competitividad se
difuminen a medida que los flujos financieros revaloricen el euro en los
mercados de divisas. El dinero está volviendo a los mercados europeos a medida
que mejora la percepción de riesgo. Se preparan para un cambio de tendencia,
más por voluntarismo que por evidencias tangibles, pero nadie quiere perderse
la oportunidad de subirse al carro cuando llegue el primer indicio de
reactivación económica.
Draghi defendió la política monetaria aplicada, pero
si la apreciación del euro se lleva por delante mejoras competitivas que han
sido posibles mediante grandes costes sociales, el papel de su institución
quedará en entredicho.
Algunos incautos hablan de España como la Alemania
del futuro. Debe ser por eso que nuestros jóvenes graduados huyen del paraíso...
Jamás deben interpretarse los datos fuera de su contexto. Imaginar que con
recortes de salarios y prestaciones, aumentos de impuestos y rescate bancario
se solucionan los problemas estructurales es ilusorio. Como también lo es creer
que las ventajas competitivas son una simple cuestión de precios y costes.
(Transcripción del comentario de hoy en Gestiona Radio)
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